Las causas de la Revolución. Análisis social y del ámbito intelectual.

Localización del comienzo de la Revolución. De Humani Corporis Fabrica, de A. Vesalio y De Revolutionibus Orbium Coelestium, de N. Copernico.

La alianza entre el naturalismo en el arte, la imprenta y las ciencias. Las nuevas orientaciones metodológicas, la importancia de la observación directa y el carácter de las matemáticas.

Los análisis clásicos sobre las causas de la revolución científica señalan la necesidad de diferenciar entre dos clases de causas, asumiendo la distinción entre razones de tipo interno y de tipo externo para explicar el cambio científico. Dos clases de causas que son complementarias más que antagónicas y que están relacionadas, en primer lugar, con el grado de desajuste entre el saber establecido y la sociedad del Renacimiento. Las otras tienen que ver con la consistencia intelectual de la ciencia, ya sea interna o en relación a otras actividades intelectuales, la religión y la filosofía. En otras palabras,  la existencia de una visión del mundo tal que si alguno de sus elementos sufre una alteración afecta al resto de los elementos explica el cambio en las preguntas y en los métodos en la interpretación de la naturaleza.

Entre las causas de tipo social los historiadores muestran los importantes cambios que se producen en la transición del mundo medieval al moderno y las necesidades derivadas del importante crecimiento de las ciudades y las actividades relacionadas con el comercio y las campañas de navegación. El descubrimiento de América y la invención de la imprenta suelen simbolizar estos importantes cambios.

En el plano intelectual, los factores del humanismo, la estrecha relación entre ciencia, tecnología y religión protestante, como defendió Merton, la importancia creciente de las matemáticas aplicadas, y según algunos autores, el dominio de Platón sobre Aristóteles y el renacimiento de la magia, la astrología y la alquimia, que provocó un eficaz estímulo a la observación de la naturaleza, cuentan entre las causas que pueden explicar esta reorientación del conocimiento y la búsqueda de interpretaciones diferentes sobre el orden del mundo.

A. Rupert Hall, (1954), La Revolución Científica, 1500-1750. Barcelona, Crítica, 1985.

En el capítulo 1 acomete la cuestión del problema de la causa.

P. Rossi, (1997), El nacimiento de la ciencia moderna en Europa. Barcelona, Crítica, 1998.

Los primeros cuatro capítulos constituyen un inmejorable punto de partida para advertir el cúmulo de novedades al que hemos aludido y que configuran la imagen de un nuevo ser humano, y un nuevo mundo.

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