Galileo Galilei
Selección de textos


"Me parece, por lo demás, que Sarsi tiene la firme convicción de que para filosofar es necesario apoyarse en la opinión de cualquier célebre autor, de manera que si nuestra mente no se esposara con el razonamiento de otra, debería quedar estéril e infecunda; tal vez piensa que la filosofía es como las novelas, producto de la fantasía de un hombre, como por ejemplo la 'Ilíada' o el 'Orlando furioso' , donde lo menos importante es que aquello que en ellas se narra sea cierto. Sr. Sarsi, las cosas no son así. La filosofía está escrita en ese grandísimo libro que tenemos abierto ante los ojos, quiero decir, el universo, pero no se puede entender si antes no se aprende a entender la lengua, a conocer los caracteres en los que está escrito. Está escrito en lengua matemática y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es imposible entender ni una palabra; sin ellos es como girar vanamente en un oscuro laberinto."

"En primer lugar, que puedan esos señores dudar que haya engaño en el anteojo me parece algo verdaderamente admirable. En efecto, me parece que no me negarán que hallar los engaños y falacias de un instrumento u otro artificio compete y es facultad propia de quien sea experto en ese arte del que tal instrumento depende, así como de haber realizado muchas experiencias con ese mismo instrumento. Pues bien, sabiendo que tanto la construcción como la teoría de ese anteojo depende del conocimiento de las refracciones, que forma parte de las ciencias matemáticas, mi propia profesión, no pudiendo dudarse que yo, hace ahora ya dos años, haya hecho con mi instrumento, o más bien con decenas de instrumentos míos, decenas de miles de experiencias con miles y miles de objetos, tanto próximos como lejanos, grandes y pequeños, luminosos y opacos, no puedo ver cómo es que alguien pueda llegar a pensar que yo, con demasiada simplicidad, haya permanecido engañado en mis observaciones y que entre la perspicacia del ingenio de otro y la estupidez del mío pueda caber tanta discrepancia que aquel, sin ni siquiera haber visto mi instrumento, haya descubierto en él esas falacias de las que yo, que he hecho cien mil experiencias, no me he dado cuenta; y no ya sólo yo, sino nadie de todos los que lo han utilizado conmigo. (...)

Por lo que atañe a la otra parte, esto es, que tales planetas (los satélites de Júpiter), si realmente existen, sean por su pequeñez ineficaces, no veo como se me pueda achacar a mí que no he dicho ni palabra acerca de su eficacia o influencias. Así pues, si alguien los juzga superfluos, inútiles y ociosos para el mundo que le ponga pleito a la naturaleza o a Dios, que no a mí que nada tengo que ver con ello ni hasta ahora he pretendido otra cosa que mostrar que están en el cielo y que giran con movimientos propios en torno a la estrella de Júpiter." 



Galileo, El ensayador. Buenos Aires, Aguilar, 1981, pp. 62-63.

 

 

 

 

 

 

Galileo, Carta a Piero Dini, de 1611. En la ed. cast. de El mensajero sideral. Madrid, Alianza, 1984, pp.195-196.

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